Cae dormida y es
como si el mundo se apagase.
El frío que acompaña
al cálido otoño,
tras ese sueño subyace.
Las estrellas se apartan
para dar paso a
la caída de sus
pestañas.
Y las hojas,
cuidan a modo de pasador
su cabello trenzado.
La ternura de esas mejillas
parecen almohadas,
pero no hay almohada más dulce
que tu dulce cara.
Un beso huye preso de
tu sueño,
lucha por salir de él
pues no hay pesadilla más grande
que en vida no poderte ver.
Dulces sueños
de pesadillas hermosas,
magia que ocultas
en tus labios de diosa
déjame entrar
y acompañar tu calma
no alteraré tu sueño,
¿Acaso tú alterarás mi alma?

No hay comentarios:
Publicar un comentario