jueves, 1 de diciembre de 2016

El camino hacia nosotros mismos

Y verás, te queda tanto por aprender... 
Nos queda tanto por aprender...
Probablemente no sepas la diferencia entre aptitud y actitud, entre comprender y entender. 
Quizá tampoco conozcas el patriarcado, el capitalismo, el suelo de cristal, el gueto de terciopelo, la sororidad, la transversalidad, el empoderamiento, las olas del feminismo y en cuál de ellas estamos. Tampoco sabrás aún de epistemología y antropología, así como tampoco de psicología, de resiliencia, de asertividad. Seguro que no conoces al perro de Pavlov, que no has leído nada sobre Freud y su Psicoanálisis o de Nietzsche y su súper hombre. Tampoco sabrás qué es el socialismo, ni qué significa ser de izquierdas o de derechas. Quizás no conozcas a Frida Kahlo tanto como te gustaría, no sabrás cómo acabó en una cama o por qué se pintaba a sí misma. Tampoco habrás leído a Salinas, a Bukowski, a Pizarnik, a Benedetti, a Cortázar, de hecho, probablemente no sepas ni de dónde son, ni de qué época, ni si siguen vivos. Yo tampoco sé todo lo que me gustaría, ni sé cuánto sé principalmente. 
Quizás no hayas conocido el amor puro e incondicional de verdad porque nunca te hayas enamorado y que tampoco hayas conocido aún a tu primer amor. Imagino que tampoco sabes de sexualidad, de la gran diferencia que no todo el mundo sabe entre sexo y género, de identidad sexual, de sociología ni historia. Tal vez no sepas nada sobre estrofas, sobre estilos, sobre antologías, sobre la Generación del 27, sobre el Renacimiento o el Romanticismo. Apuesto que no sabes ni la historia de nuestro propio país, que tampoco sabes que el feminismo sigue sin ser una cuestión de Estado y cuáles son las leyes estancadas que no nos hacen prosperar y avanzar. Seguro que tampoco sabes la diferencia entre ahí, hay y ay, ni que "ahí hay un hombre que dice ¡ay!". Con el tiempo aprenderás para qué sirven las comillas ("") y el gran delito legal y real que supone no ponerlas. 
Descubrirás que quizás haya películas que todo el mundo ama y tú detestas y que no tienen porqué gustarte, al igual que los grupos de música. 
Aprenderás de sintaxis y para qué sirve y comprobarás que hasta ese momento jamás hubieras imaginado cuantas líneas o cajas caben en un folio. 

Me podrás dar detalladamente respuestas sobre todo lo anterior buscadas en Google, pero apuesto que las olvidarás mañana. 
Porque nadie nace sabiendo, y la cultura, la inteligencia y la sabiduría nunca se adquieren por completo de la noche a la mañana. 

Yo tampoco sé de leyes tanto como me gustaría, ni de política todo lo que necesito, ni de historia, ni de cocina, ni de astronomía, ni de salud o enfermedades. 
No sé cocinar ni conducir, no sé moverme sin GPS y no sé escribir sin metáforas. No sé coser todo lo que me hace falta, ni bailar como me haría ilusión. No toco ningún instrumento y soy pésima despidiendo mi propia ansiedad. No sé de astronomía, ingenierías, arquitectura, anatomía, química, matemáticas... Pero admiro completamente a quienes sí saben, a quienes sí lo estudian y a quienes sí se forman, se han formado y se formarán. 
No tengo ni idea de lo que dice la Biblia, ni de dónde venimos, ni de todo lo que pone en nuestro Estatuto de Autonomía, ni de cómo hacer que alguien cambie su forma de ser, pensar o hacer. No entiendo de fútbol ni me interesa. No sé cómo fotografiar a las estrellas y no morir en el intento de no agotar mi paciencia. No sé cómo huele París, cómo sabe la comida China en China, cómo se siente despertar estando en guerra, ni lo quiero sentir. No sé hacer una tarta sin mi padre o croquetas sin mi madre. 
Soy pésima en geografía, contando chistes o no siendo yo misma. No sé cómo es tan aparentemente perfecta la tecnología, ni puedo llegar a imaginar cuántas mentes brillantes han hecho posible el ordenador desde el cual escribo esto y la posibilidad de que hable con mis padres y con mi tía cada noche sin cable alguno. 

Y todo esto, es básicamente porque no soy perfecta, ni quiero, ni pretendo serlo. Y nadie lo es, y nadie lo será, por mucho que admires a alguien y pretendas ser como alguien. Porque la magia de la vida, de la cultura y de la sabiduría está en aprender por placer, no por imposición u obligación. Está en reconocernos humanos y entender que cada etapa conlleva una serie de obligaciones que nos orientarán y nos harán de una determinada forma que debemos vivir para avanzar y crecer. 

No sé dónde trabajaré mañana, si trabajaré, si seguiré teniendo la misma ilusión por la vida, si tendré el mismo color de pelo, las mismas gafas o el mismo miedo a perderme. No sé dónde viviré, no sé si habré viajado todo lo que siempre quise, si habré leído tanto que no queden más libros o habré escrito tanto que ya no queden árboles ni páginas en blanco. No sé si le habré salvado la vida a alguien o se la habré hecho mejor, si habré hecho a alguien mejor persona, si habré conseguido ver una estrella fugaz. No sé si tendré hijos, si seré la persona que siempre quise ser. 

Pero hay algo que sí sé, algo de lo que estoy segura.
Nacemos con la mente en blanco, somos los directores de nuestra propia película y los autores de un libro que dejamos de escribir cuando dejamos de respirar. Caminamos por un camino u otro por instinto, por experiencia, por pura inconsciencia, por rebeldía, por madurez, por compromiso, por educación, por imposición... Nos hacemos a nosotros mismos llenos de influencias. Somos producto de todo lo que nos rodea , de todo lo que hacemos, de lo que no hacemos, de lo que hemos hecho, de lo que no pudimos hacer, de lo que haremos, de lo que queremos hacer, de cómo son nuestros padres, de a qué colegio hemos ido, de dónde vivimos, de si somos de aquí o somos de allí. Pero somos uno, una persona única y perfectamente imperfecta que modelamos a nuestro antojo dependiendo de cómo nos vemos, de cómo nos ven y de cómo nos gustaría que nos vieran. Somos únicos, con nuestros fallos, con nuestros errores, nuestras caídas, nuestros gustos, nuestras historias, nuestros miedos. 

Y verás, me queda tanto, tanto, tanto, que aprender, que no quiero dejar de hacerlo nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario