viernes, 30 de enero de 2015

La belleza del mundo está en admirar 
que hay páginas vacías 
dispuestas a rellenarnos las historias
y demostrar la constancia que tienen dos almas
buscando ser una.
En presenciar que hay caricias que traspasan la piel 
y superan las expectativa de cualquier intento 
al conseguir dormir hasta a los insomnios 
de quien llora sin lágrimas.
En volar a través de los poetas que olvidaron la poesía 
y se fotografiaron el alma alejando
el ego,
el conformismo
y lo imposible.
Volver a los principios de las promesas
que se quedaron impacientes de continuar
siendo inspiración
y no trozos de posibles escalofríos
que satisfacen bocas prestadas.

Saber que la luna también tiene sonrisas
que pueden alumbrar mucho más que el sol
y que siempre es hora para volver a sentir que vives.
Cuestión de abrir el alma y amar.

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