jueves, 16 de julio de 2015

Hemos corrido a destiempo por el túnel de las inspiraciones vacías
y a ciegas hemos visto que solo con el alma podemos amar sin argumentos
y con las pupilas rotas por los cambios de estaciones y los trenes que no llegan- a existir.

Somos el pequeño placer de la pérdida que nunca se encuentra
porque no quiso buscarla nadie,
salvo la esperanza que no llegó
a esperar ni a salvar.
Somos las almas sin destino que presumen de oír sus pulsaciones
entre nudos que deshacen nuestras gargantas
pero que nunca consiguieron hacernos tragar.

Hemos deshecho tantas nostalgias
que ya no se escribir sin utilizar tus manías
como suspiros que no inspiran pero que calman.
Por eso amarte es
hacerme daño entre arañazos llenos de vida, sentirme nuestra
por no saber dejar de hablar de dos, besar mis espinas,
gritar todos los silencios del destino entre frases mudas; aprender a ser el tiempo y los relojes muertos,
dejar versos a medias y acabar con los suspiros que desgarran, leer las cartas que nunca llegan,
besar a la suerte reencarnada en tus pestañas,
respirar sin prisa entre los besos de tu espalda.

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