lunes, 9 de junio de 2014
Cuando la vergüenza nace detrás de la costumbre
Muerto el día empieza a desafiarme la locura
y mi piel se agrieta si me moja la lluvia,
me canso
otra vez .
He caído en la cuenta de que nunca supe nada,
todo lo que hubo fue culpa del infierno de mis dientes
que hacían tal ruido que parecían los barrotes del cielo
en ese que me enamoré de tus enredos y acabé peinándome yo.
Aparte de tus hombros
me atraen las utopías
y me aterra la libertad
por eso les dije a los de abajo
que tuvieran cuidado cuando te vieran dormir,
que no hay insomnio más dulce que acompañarte respirando
mientras me ahogo.
Para todo lo demás ya soy inmune
y tu, crees que es cierto.
Mientras tanto duermo en los rincones
de todos los hombros de los que nunca caeré
por miedo a que no sean tus huesos sino los del mundo
que comienza a preguntarte por mi.
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